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SECRETOS AL OÍDO

  • lalogiaperu
  • 17 jun 2014
  • 2 Min. de lectura

Los Susurradores

Si acudiste al ECOFEST de este año, pudiste apreciar a varias personas paseando por el lugar con un extraño y largo instrumento en manos. Si no tuviste la curiosidad de acercarte, pues te perdiste de mucho. Te perdiste del proyecto de Los Susurradores.


En este festival, el grupo Libélula de la mano con Generación+1 estableció la instalación ambulante y educativa “La Máquina del Tiempo” que intenta educar a las personas sobre las causas históricas del cambio climático, desde las consecuencias científicas que provocaron los cambios hasta las acciones que debemos tomar para evitar más daños.Es aquí donde vemos la participación del narrador de cuentos José Antonio Nuñez quien, con la ayuda de Generación+1, preparó un taller para jóvenes que quieran expresar sus ideas y comunicarlas a otros de una manera diferente a través del arte. Estos jóvenes participaron dentro y fuera de las instalaciones de “La Máquina del Tiempo”, regalando historias y sensaciones.


José Antonio Nuñez, mejor conocido como “Ukumari”, llama a esta iniciativa “Susurradores”.

La idea nació en Francia, cuando un día un grupo de personas decidió salir a las calles y contar poemas al oído de las personas. Se hacían llamar “Les Souffleurs” y caminaban por las calles con elegantes y llamativas vestimentas mientras cargaban consigo un largo tubo hecho a base de cartón decorado con envolturas de tela o papel pintado.“Ukumari” retoma este interesante proyecto y lo aplica en este festival con dos objetivos claros. Por un lado, se busca que las personas que acudan puedan recibir y experimentar un cuento, poema o algún pensamiento expresado de una manera completamente diferente a lo que ya habían vivido. Por otro lado, una vez pasada la experiencia, se espera que estas personas puedan alcanzar una sensibilización personal sobre el medioambiente.


José Antonio Nuñez crea su “susurrador” partiendo del “didgeridoo”, un instrumento musical australiano de forma tubular. El narrador coloca un extremo del tubo en el oído de alguna persona que quiera experimentar este peculiar proceso y él susurra por el otro lado. Esto permite una comunicación bastante intima y personal, logrando un efecto distinto y lleno de sensaciones diferentes que reconforta pues desarrolla y fortalece el vínculo entre el narrador y el que quiere escuchar una gran historia, una historia que termina siendo un secreto al oído que alimenta el alma y el corazón.



Jaime Vegas

 
 
 

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